La felicidad es una actitud que debemos elegir siempre.
Vayamos, pues, en pos de atraparla, ahora, en este presente, "hoy".
La felicidad consiste en poner nuestra entera confianza en Dios, entregarle a diario nuestra vida, para que Él disponga de ella, la guíe e ilumine.
La felicidad consiste en AMAR A DIOS, a la vida y a todo lo que en ella existe.
La felicidad se encuentra en las pequeñas cosas:
contemplar un amanecer o un atardecer, oír el canto de los pájaros, ver los rayos del sol filtrándose a través de las hojas de los árboles, el bullicio y risas de los niños, el saber perdonar y olvidar las ofensas, romper las cadenas del egoísmo, es saber dar y, darnos a nuestros semejantes y en el desapego de las cosas materiales.
Si supieramos valorar todos estos pequeños detalles y grandes acciones y agradecerlos al Creador entonces, "Seremos felices".
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