El Hombre.

El hombre que vacila perpetuamente sobre cuál de las cosas hará primero, no hará ninguna de las dos.

El hombre que resuelve, pero permite que su resolución sufra alteración por la primera palabra contradictoria de  cualquier consejo- que va de opinión en opinión, de plan en plan, como las veletas que giran a merced de los vientos- ése no hará nada real o útil.

Tan sólo el hombre que consulta primero prudentemente, después resuelve firmemente y entonces ejecuta su propósito con inflexible perseverancia, sin desanimarse por esas nimias dificultades que asustan a un espíritu débil, ese hombre puede adelantar hasta ponerse en primera fila.

Wist.